El cráneo está compuesto por 22 huesos, y se divide en dos partes principales: el neurocráneo y el viscerocráneo.
El viscerocráneo está formado por 14 huesos, que constituyen el esqueleto de la cara.
El neurocráneo está formado por 8 huesos, que protegen el encéfalo. De estos, 4 son impares y 2 son pares.
Los huesos pares del neurocráneo son los parietales y los temporales; los impares son el frontal, occipital, etmoides y esfenoides.
El hueso frontal es un hueso plano, impar, central y simétrico, ubicado en la parte anterosuperior del cráneo.
Tres caras: anterior, posterior e inferior.
Tres bordes: anterior, posterior y superior.
De abajo hacia arriba y de medial a lateral encontramos:
La escotadura nasal, que se articula con los huesos nasales.
La espina nasal.
Más arriba, la glabela.
Y, en algunos casos, la sutura metópica, indicio de su origen en dos piezas óseas durante la embriogénesis.
Hacia los lados, se observan las eminencias frontales laterales.
También encontramos la apófisis cigomática u orbitaria, de donde nace el arco supraciliar.
Encima de este arco, se encuentran las crestas supraciliares.
Contiene la escotadura sagital posterior.
La cresta frontal.
Y el agujero ciego.
En cuanto a su forma:
La parte superior es cóncava,
Y la parte inferior, convexa.
Presenta la escotadura etmoidal, que se articula con el hueso etmoides.
A ambos lados de esta escotadura se forma el techo de las órbitas.
El hueso frontal es un hueso impar y simétrico que forma la frente y parte del cráneo. Protege al encéfalo y se articula con varios huesos del cráneo y la cara. Su estudio es clave para entender la anatomía del neurocráneo.